La incorporación de personas con síndrome de Down al mundo laboral avanza a cuentagotas debido, en su gran mayoría, a los prejuicios en torno a esta condición. De acuerdo con datos del Conapred, sólo una de cada 10 personas con discapacidad cognitiva o mental en Latino América cuenta con un empleo.
Como cada año, este 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, una fecha designada desde 2011 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para generar conciencia pública sobre la dignidad, la valía y las aportaciones de personas con esta condición. Entre esos retos, el mundo del trabajo y la contribución de las personas con síndrome de Down es uno de los desafíos.
Hay dos factores que detienen, uno es el cultural y el otro es el económico. Culturalmente, se piensa que por tener esta condición las personas no aprenden de la misma manera; económicamente, que no pueden integrarse a la vida laboral si no acceden a una educación especial que suele ser difícil costear.
El principal desafío en este tema, es pasar de la integración a la inclusión laboral. “Integrar es contratar sólo para decir que se emplean a personas con síndrome de Down, pero lo dejan en la banca y no desarrollan sus habilidades. La inclusión laboral es abrir las puertas de las empresas, emplear y adaptar normas, políticas y procedimientos para que las personas encajen en el grupo de trabajo y desarrollen sus habilidades”.
Los primeros pasos para la inclusión laboral
El primer paso para la inclusión laboral de las personas con síndrome de Down es conocer la condición, las habilidades de las personas y hasta dónde pueden llegar en el mundo del trabajo. “El prejuicio más grande hacia estas personas es creer que no pueden aprender y desde ahí empieza la limitación. Es importante que las empresas sepan que sí aprenden, a su ritmo y de manera distinta, pero una vez que logran el aprendizaje, es más fácil el camino”.
Adicional a esto, es importante que las empresas realicen sensibilización al interior de su fuerza laboral para que apoyen la inclusión. “Hay que eliminar paradigmas, dejar de pensar que las personas no pueden y darles una oportunidad y un impulso para que se integren al mundo laboral”.
A través de diferentes empresas reclutadoras, , destaca que entre los beneficios de contratar personas con síndrome de Down se encuentran:
Contar con trabajadores eficientes en tareas específicas
Mejora del clima organizacional
Promoción del trabajo en equipo
Mayor sentido de pertenencia
Mejora de la reputación corporativa
Para incorporar a personas con síndrome de Down a sus equipos, la organización les recomienda a las empresas empezar con actividades que dominen rápido para evitar la frustración y promover la seguridad y rápida adaptación al nuevo entorno. Además, desglosar la tarea diaria en labores concretas más pequeñas para que se finalicen y se logre visualizar la meta, así como repetir las actividades para mantener los aprendizajes y establecerlos en el tiempo.
Comments