La criptodivisa ha batido los 76.000 dólares ante la previsión de una administración favorable al sector. El Dogecoin, asociado a Elon Musk, sube un 15%.
El bitcoin ha tardado tan solo 267 días en batir sus máximos históricos alcanzados el pasado marzo. Los criptofieles esperaban con mucha expectación esta jornada, aunque con un poco de nervios en los últimos días ante lo que parecía una recuperación de Kamala Harris en las encuestas. Pero finalmente ha llegado: la criptomoneda pionera ha marcado esta madrugada el precio más alto de su historia al calor de la ventaja de Donald Trump. La divisa ha llegado a dispararse más de un 10% en las últimas 24 horas y ha superado por primera vez el umbral de los 76.000 dólares, con los inversores de todo el mundo apostando por la vuelta del magnate a la Casa Blanca, abiertamente partidario de la industria de los activos digitales. Si bien, el bitcoin no es el único beneficiado: Solana, se dispara un 10% en las últimas 24 horas mientras, Dogecoin repunta hasta un 9%. Ethereum, la segunda cripto más importante, sube un 8%.
La reacción del mundo cripto demuestra que el mensaje del republicano, que ha centrado parte de su campaña en cortejar a los criptofieles y ganarse el consenso de la industria, ha calado perfectamente en el ecosistema hasta el punto que los profesionales del sector parecen haber olvidado su pasado anticripto. Hace tan solo unos cinco años, de hecho, Trump escribía en X (antes Twitter): “No soy un fan del bitcoin y de las otras criptomonedas, que no son dinero y cuyo valor es muy volátil y basado en la nada. Los activos cripto no regulados pueden facilitar conductas ilegales, incluyendo el tráfico de drogas y otras actividades ilícitas...”.
Los mensajes que ha ido lanzando a lo largo de su campaña electoral son la prueba de su giro de 180 grados que lo ha llevado a abrazar totalmente la filosofía alrededor de estos activos. La promesa de convertir a EE UU como la capital cripto en el mundo, la propuesta de creación de una reserva de bitcoin, los apoyos a la minería son solo algunas de las banderas que ha ondeando a lo largo de su campaña. Pero quizás, entre la batería de anuncios del magnate, lo que más ha convencido al sector es el firme compromiso de echar al presidente de la SEC, Gary Gensler, criticado por su postura restrictiva hacia las criptos, y abrir una etapa de mayor libertad de la industria, algo que el sector reivindicaba desde hace tiempo.
Mireya Fernández, responsable para el Centro, Sur y Oriente de Europa de Bitpanda, resalta la importancia para el sector del cambio en la cúpula del regulador, un cambio que garantizaría un ambiente favorable para las criptos, que tanto iban buscando las empresas: “Trump mostró un discurso positivo hacia la industria cripto durante su campaña, pero ahora es momento de pasar a la acción. Para Europa y el resto del mundo, el cambio clave será observar la evolución de la SEC. Un nuevo presidente de la Comisión buscará establecer un mandato claro para el regulador, lo que proporcionará a las instituciones financieras las pautas necesarias para involucrarse en los activos digitales. Confianza y claridad: eso es lo que impulsará el futuro de las criptomonedas”, espeta.
Un cambio de este tipo garantizaría un ambiente favorable para las criptos, que tanto iban buscando las empresas. En este sentido, Javier Pastor, portavoz y responsable de OTC de la plataforma española Bit2Me, considera que Trump ofrece una esperanza para la industria de Bitcoin y los activos digitales en EE UU. “Conocido por su enfoque a favor de la reducción de regulaciones y un mercado libre, podría abrir un camino más flexible y favorable para que la industria prospere. En lugar de un marco regulatorio que obstaculice la innovación, un enfoque de libre mercado bajo Trump podría permitir a Estados Unidos volver a competir como líder global en este sector. Esto no solo fomentaría el crecimiento de la industria, sino que también atraerá empresas e inversión, devolviendo al país el estatus que ha perdido bajo una administración restrictiva”, destaca.
Pero la apuesta por las criptos no es solo cosa de Trump. Los analistas dan por hecho que habrá una mayor apertura de la política gracias a la entrada de diputados que también apoyan estos activos digitales. Hace unas semanas, el diario estadounidense Politico apuntaba a la posibilidad de que una ola de legisladores pro cripto entre en el Congreso de EE UU con representantes en ambos partidos. Entre ellos, Pastor destaca Cynthia Lummis, que ha defendido la necesidad de un marco regulatorio favorable para EE UU que garantice la adopción de estos activos, y Robert F. Kennedy Jr., que aboga por una visión en la que el crecimiento de los criptoactivos sea clave para sostener la independencia financiera y tecnológica del país. Ambos consideran que una mayor flexibilidad y el apoyo a la innovación puede “fortalecer el sistema financiero en lugar de ponerlo en riesgo”, considera.
La subida de precio del activo digital consolida un 2024 en el que el bitcoin, así como otros criptoactivos, se ha beneficiado del interés inversor tras la aprobación en enero de los ETF o fondos cotizados en EE UU, que han abierto la puerta a la entrada de a la industria financiera tradicional. Hace tan solo algunas semanas, la demanda sostenida de estos productos ha llevado estos vehículos a registrar entradas récords, con un promedio de unos 110 millones en 20 días. Eric Balchunas, analista de ETFs de Bloomberg, lo dejó patente hace algunos días: “Los ETFs de oro tardaron aproximadamente cinco años en alcanzar esa cifra”.
Ante este escenario, los analistas lanzan sus primeras previsiones. Javier Pastor es el más optimista: “Este contexto alimenta las proyecciones alcistas que sitúan el precio de Bitcoin en torno a los 200.000 dólares para 2025, siempre y cuando se materialicen cambios regulatorios que promuevan la innovación y atracción de inversiones al sector cripto”. Para Susana Esteban, Managing Director de FTI Consulting, el siguiente objetivo para el bitcoin podría situarse entre los 80.000 y los 90.000 dólares. Por su parte, Jorge Soriano, consejero delegado de Criptan, se muestra más cauto. “De momento, a pesar de la subida agresiva de bitcoin, el precio sigue dentro del rango dibujado en el ultimo año, y debemos esperar a salir del mismo antes de estar seguros que esta victoria de Trump tiene la fuerza para enviar al mercado a una nueva fase de descubrimiento de precio”, considera.
Pero el bitcoin, que en las últimas semanas se ha convertido en un termómetro para vislumbrar los posibles resultados de las elecciones, no es la única criptomoneda en beneficiarse de la victoria de Trump. En general, la euforia desatada contagia al mercado de activos digitales. Ethereum, la segunda criptomoneda por importancia, sube un 8% en las últimas 24 horas, Solana repunta más de un 10%, Cardano un 5%, mientras que Dogecoin, la memecoin por excelencia, se dispara un 9%, seguida por Pepe, que incrementa un 7%. Susana Esteban explica que esto era lo esperado, y que las altcoins de utilidad específicas, como las que se centran en la infraestructura blockchain o los proyectos DeFi, están más expuestas a la percepción de riesgo regulatorio. Por ello, ante la victoria de Trump, el optimismo se ha apoderado de los inversores que apostaron por estos activos.
Pese a las buenas noticias para el mundo cripto, la volatilidad sigue marcando los mercados de activos digitales. Manuel Villegas, analista del banco suizo Julius Baer, explica que los inversores también están a la espera de la próxima reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal programada para este jueves. “El pronóstico del FOMC podría amplificar los movimientos direccionales en activos de riesgo, y en el caso de las criptomonedas, un recorte de 25 puntos básicos que exceda las expectativas del mercado debería llevar los precios al alza”, destaca.
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